La Iglesia de San Agustín

La Suerte de los Agustinos

La Orden de los Eremíticos de San Agustín en Siena contribuyó mucho junto a las otras órdenes de mendicantes, al desarrollo económico y social de la ciudad dando el ejemplo de cómo vivir en comunidad y representando un punto de referencia para toda la población. Durante los años los frailes dieron vida a una verdadera identidad ciudadana relacionada con el culto de figuras agustinas carismáticas.    Entre las más importantes se recuerdan a las figuras de  San Nicola de Tolentino ( 1245-1305 ) y la del Beato Agostino Novello, fraile agustino muerto en el eremitorio de San Leonardo al Lago hacia el 1309. Después de su muerte fue enseguida venerado como santo y su cuerpo, meta de peregrinaje, fue transladado a Siena a la Iglesia de San Agustín. Gracias a su importancia en los años veinte del siglo XII fue llamado a Simone Martini para pintar la tan conocida pala del Beato Agostino Novello, actualmente conservada en la Pinacoteca Nacional de Siena. Agustina fue también Santa Rita de Cascia (final del siglo XIV-1447), monja profundamente devota de la Pasión de Cristo. Muy joven recibió las estígmatas en la frente como indeleble signo de sufrimiento y según la leyenda, antes de morir hizo florecer en su jardín una rosa blanca durante el invierno. Desde aquel momento fue llamada la Santa de la Espina y de la Rosa. Por eso en Siena el 22 de mayo, día de su . . .