Está situado  a 35 Km al Sur-Este de Siena,  fue uno de los eremitorios artífice del nacimiento de la nueva Orden de los Frailes Eremitas de San Agustín en Toscana entre el 1244 y el 1250. Fue fundado entre los años 1256 y  1259  en la parte superior de un antiguo eremitorio de San Pedro en Camerata. El monasterio era muy conocido por la presencia de un fraile, Antonio da Siena, cuya vida estaba llena de leyendas que hacen más difícil identificarle de una manera segura. Parece que murió en Monticiano en 1311. Su cuerpo fue puesto en un primer momento en el altar lateral de la iglesia y después en una urna de vidrio arriba del altar mayor. A pesar de la grande devoción de los frailes hacia el santo que atraía a muchos fieles, Monticiano quedó como una pequeña realidad y así como Rosía, nunca formó parte de la Congregación de Lecceto y en el 1808 fue suprimido después de los edictos de Napoleón.