La Basílica de los Siervos de María

Los Servitas

Los Servitas o Siervos de María son una orden mendicante cuyos fundadores fueron siete ciudadanos florentinos: Buonagiunta, Buonfiglio, Amadio, Manetto, Uguccione, Sostegno y Alessio Falconieri, a los cuales se añadió más tarde San Filippo Benizi . En  1233 empezaron a vivir intensamente la fé cristiana con una especial devoción hacia la Virgen, la Madre de Jesús. Según la leyenda fue la misma Virgen que se apareció a los siete donándoles un vestido que  significara la creación de una vida en común lejos del mundo y dedicada a la oración y a la penitencia. Abandonaron a  sus familias y en  1249 se retiraron en el Monte Senario. Este estilo de vida eremítica, concentrado en la pobreza, en la penitencia y en la devoción por la Virgen, se difundió rapidamente: en 1256 la congregación obtuvo del Papa Alejandro IV el privilegio de confesar a los fieles y de poder enterrar en sus cementerios también a los que no pertenecían a la Orden. En 1304 fueron reconocidos por el Papa Benedicto XI como Orden mendicante y en 1888 los Siete Santos Fundadores fueron canonizados por el Papa León XIII.
La Orden de los Siervos de María, o Servita, se difundió rápidamente en perfecta sintonía con el espíritu renovador de las otros Ordenes: con el principal deseo de pasar una vida de eremitas en la contempalción y penitencia, los Servitas se dedicaron a acoger y dar  servicio a los más pobres y enfermos, llevando una vida  basada en la fraternidad y en la simplicidad. Se preocuparano por las necesidades físicas de los hermanos y también por la cura de las almas invitando constantemente a la conversión, a la penitencia y a la devoción de la Virgen Dolorosa.
En el siglo XIV la Orden de los Siervos se extendió principalmente en el norte de Italia hasta llegar a París. En 1404 nació la nueva exigencia de reorganizar la Orden, volviendo al rigor de los Siete Santos Fundadores. Así en 1430 la Congregación de la Observancia tomó el empeño de reintroducir al interior de los Servitas la rigidez del principio fundandor de muchos Conventos. En el periodo del Concilio de Trento, la Orden de los Servitas se fue trasformando, empezando por la Constitución, que le  había servido de base hasta entonces. En este periodo, fue fundada la Institución de la Congregacón eremítica de Monte Senario.
A pesar de la intensa supresión de conventos en la segunda mitad del siglo XVIII, la Orden Servita llegó hasta Brasil y creció progresivamente en toda Europa, activa hasta nuestros días, visto que su presencia está registrada en todo el mundo.