Basílica de Santo Domingo

La vitrina de las reliquias

Entrando en la iglesia de Santo Domingo, a mitad del lado derecho de la nave, en el interior de una vitrina situada en la pared se encuentran algunas reliquias de Santa Catalina.

Por reliquias (del latín reliquus, quedar) se entiende todo lo que queda del cuerpo de las personas a las que se les reconoce extraordinarias virtudes de santidad. Con el tiempo, la palabra se ha extendido también a ropa y objetos a contacto directo de los Santos.

La veneración de las reliquias se difundió desde los albores de la crisianidad y trae origen del hecho que Dios se hizo hombre, dejando huellas concretas de su existencia terrena. El culto se extendió después a las reliquias de los Santos, ellos mismos “otros Cristos”, de los que se preservan los restos. Fue la Edad Media la época de mayor veneración de las reliquias. La presencia de ellas significaba, para una ciudad o un santuario que las poseía, prestigio y protección, además de ser importantes lugares de peregrinaje.

En la vitrina, se puede ver la reliquia del pulgar de la mano derecha, conservada en el interior de un relicario de cristal y plata. Con esta reliquia se imparte cada año en la Plaza del Campo la bendición a Italia y a Europa, de las que Catalina es Patrona, en ocasión de los festejos en honor a la Santa.

La vitrina contiene también otros objetos relacionados con la Santa: el cáliz, del que recibió la Eucaristía del mismo Jesús; las disciplinas, con las que se imponía penitencia hasta tres veces al día; y la piedra consagrada que, colocada sobre un altar portátil, permitía a un sacerdote celebrar la Santa Misa y administrarle los Sacramentos en cualquier lugar se encontrase. Esta piedra parece ser que haya sido salpicada por la sangre de Tomás Becket cuando lo asesinaron en la Catedral de Canterbury, donde Catalina se encontraba en peregrinaje.

En el centro de la vitrina, está colocado el busto en bronce repujado que sirvió para conservar la cabeza de la Santa, la más importante de sus reliquias, antes de trasladarla a la cercana capilla.